Cual vuelo de ave herida
en trance de dolor henchida
sin destino certero
en horizonte nublado
parece el fin de tu mirada.
Destino cubierto de duda
esperanza
de alcanzar la nada.
A
dos vástagos diste vida
acto divino de orgullo y placer.
Diste el nombre de Caín y Abel,
melancólica atestiguas tu existencia
En
su duelo perecer.
A uno le asiste la razón y la ciencia,
el otro su mundo expande
en el ego y la competencia.
Lastimoso
espectáculo observar
De tu alma el suspiro exhalar,
ante lo adverso sentirte claudicar.
Tu
belleza marchita presenciar
que
sucumbe ante el ego
de quién te usa y derrocha.
Presagio del cadalso de la humanidad.
Perder de tu espíritu la gracia,
mirar tus virtudes en desgracia,
desaparecer tu imaginación prendida
que con retazos ilumina prodigios
que con el corazón revive vestigios.
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